Gonzalves, que es ingeniero agrónomo, es el encargado de enseñar a este grupo de mujeres cómo se prepara el campo y se planta la mandioca. La tierra se labra días antes con tracción animal, un trabajo que requiere más fuerza física, destinada a los hombres y para el que también están formando a las mujeres.
Nuestra labor ha consistido en ayudarlas a plantar injertos de mandioca, rápidamente todo el grupo se ha organizado para trabajar en equipo. El fin de este proyecto es que trabajen el campo y lo que obtengan sea para consumo propio, es decir, no es un trabajo remunerado.
Por la tarde hemos tenido la ocasión de acompañar a Herminio en una de sus tareas en la Fundación Encontro, dar clase de matemáticas y portugués a mujeres adultas. La lección de hoy nos ha servido para refrescar los tipos de triángulos y los pronombres personales y posesivos.
Resulta nostálgico ver que en estas clases se sigue utilizando la tiza y se sacude el borrador en la pared. Algunos niños por voluntad propia, a pesar de ir al colegio por las mañanas, van a estas clases para reforzar. Aquí resulta normal ver a una madre amamantando a su bebé en mitad de la clase o saliendo al encerado con el niño colgado a la espalda.
Por la noche fuimos a cenar a Casa do Gaiato y por fin pusimos cara a Maria José, una de las responsables de Casa do Gaiato y de la Fundación Encontro que lleva viviendo aquí 12 años y a Jose Manuel, el secretario de la Fundación Mozambique Sur y dentista que viene cada año a revisar los dientes de los niños.
Nos está resultando complicado acceder a internet, por lo que vamos informando cuando podemos. No desesperéis, nos sobran ganas de contaros todo.
Lipelili (Buenas noches en changana)