Escribo estas líneas descontando minutos para el regreso. Estamos en Phnom Pehn, capital camboyana y tras despedidas y lloros quedan 24 horas de viaje. Y, ¿cómo es que las estertores son para ‘cazar Pokémons’? “Ni caso”. Que la historia no estropee un titular.
Durante tres tardes a la semana, 13 niñas de las afueras de Battambang juegan al fútbol en un equipo financiado por la fundación Agua de Coco. El deporte favorito de los españoles es para los menores de Camboya una manera de regatear amenazas como las drogas o la explotación sexual. Además, en el caso de las chicas, fomenta el empoderamiento y la superación de prejuicios.
A finales de la semana pasada tuvimos la oportunidad de acompañar a los chicos de Agua de Coco a una de las actividades que llevan a cabo todos los veranos y que, aunque no sea de una increíble dificultad, si forma parte de una importante labor: darle un lavado de cara a la escuela con unas capas de pintura.
Más de seis millones de camboyanos no tienen acceso a agua potable. Casi la mitad de la población. Resulta un oxímoron con una pluviometría de 1904 mm anuales –la española se sitúa en los 500 mm-. Cantando a Ana Belén “aguas que bañan aldeas y matan de sed a la población”. En esta nota os detallo el ‘recreo para beber’ que se vive en la escuela de WatRoka desde la que la Fundación Agua de Coco instaló un gran depósito.
Una de las primeras actividades que nos encargaron cuando llegamos a Agua de Coco fue pensar una manera de reciclar materiales (concretamente: cuerdas, periódicos usados y pajitas de refresco) y convertirlos en algo que los niños pudieran usar. Desde siempre he sido bastante torpe en lo que a manualidades se refiere, así que después de pasarme dos horas construyendo un endeble marco de fotos hecho con pajitas y cartón que daba pena verlo me pregunté a mí misma: ¿a quién intentas venderle esta moto? Así que tiré el marco a la basura (ahora que lo pienso, ni siquiera lo reciclé) y decidí llevarme la actividad a mi terreno. Puestos a perder, mejor que sea haciendo algo que sabes hacer.
Apenas llevamos cuatro días aquí y ya empezamos a enternecernos con el lugar. No es un acto voluntario, pero si inevitable aún incluso, cuando prometimos que no seríamos escritores melosos a la hora de contaros lo que aquí sucede, en Battambang.
Directo y al titular. En nuestro caso ha sido porque el área de Responsabilidad Social Corporativa de Atresmedia encontró idóneo, tras meses de análisis, este proyecto de la Fundación Agua de Coco. Pero Camboya alberga una penitencia histórica que ha deforestado un país rico en una sociedad sin referentes. El genocidio de Pol Pot exterminando una cuarta parte de la población ruralizó el país y vomitó a Camboya a la etapa lítica. ¿Hay esperanza? Sí, y mucha, el 65% de los camboyanos tiene menos de 30 años.
Somos los tres suertudos seleccionados por Atresmedia para el programa de voluntariado internacional de este verano. En agosto nos vamos a Camboya a echar una mano en la fundación Agua de Coco y hemos creado este blog para contaros qué tal se da la cosa en Battambang, la ciudad donde estaremos tres semanas.
TRES A CAMBOYA es el blog en el que tres voluntarios de Atresmedia -Álvaro Druet, Ana Boyero e Ismael Sánchez- narramos en primera persona nuestras vivencias en Battambang (Camboya) con la Fundación Agua de Coco. Un proyecto en el que colaboramos en labores docentes tanto para niños como para profesores y trabajadores locales de la Fundación. También participamos en la restauración de aulas en los colegios. ¡No nos pierdas la pista, arranca la Operación Battambang!