Hemos pasado 3 días en dos comunidades de la provincia de Atalaya, (Garza Cocha e Ipamenkiari) hemos convivido con los indígenas de esas comunidades y desde el primer momento nos han acogido con los brazos abiertos.
Hemos estado en las escuelas con los más pequeños contándoles cuentos de occidente a cambio de que ellos nos cuenten cuentos de la selva y recopilarlos en un libro, que más tarde editaremos y se lo regalaremos. Hemos estado bailando, jugando y cantando con todos ellos sin parar. Son incansables, divertidos y muy sonrientes. El momento de despedirnos de ellos ha sido complicado, muy complicado.
Hemos sentido lo que es la auténtica vocación de los misioneros, dejan atrás su país y su familia para involucrarse en proyectos donde más los necesitan. Gracias a ellos y diferentes ONG’s como son Madre Coraje y Cáritas entregamos jabones, lentejas, ropas y material escolar a madres, niños y padres. Aun así la ayuda no es suficiente ya que el estado de las escuelas es precario, la mayoría de aulas presentan grandes daños estructurales y un hedor insoportable por los excrementos de murciélago.
También hemos tenido la oportunidad de estar con los mayores, ayudándoles a construir el aula, que ATRESMEDIA ha aportado en este proyecto. Hemos visto como se tiraba la vieja escuela y se está levantando la nueva. Nos sentimos orgullosos de la acción que estamos llevando a cabo y como portavoces de toda la gente que ha apostado por este proyecto.
Cada uno de nosotros se ha llevado una sensación después de estos tres días, probablemente necesitemos tiempo para ser conscientes de todo lo que estamos viviendo, sintiendo y viendo. Y no es por la pobreza, porque si de algo estamos de acuerdo es que aquí no hay pobreza, pero si mucho trabajo por hacer en cuestión de educación, concienciación y prioridades. Aquí prefieren tener un Smartphone o televisión a temas tan básicos para nosotros como la higiene y cuidado dental. Aun así lo realmente alucinante es la actitud de estas personas en el día a día.
Aquí, nos han enseñado que con lo imprescindible es suficiente. Rita, una Ashaninka que nos abrió las puertas de su casa y tuvimos el placer de compartir cocina cada día, no tenía nevera porque cocinaban lo que recolectaban o pescaban del día. Sólo tenía cuatro cubiertos y cuatro platos; uno para cada miembro de la familia.
Ha sido como viajar a otro mundo, como ser el protagonista de una película, pero con escenarios reales, sin maquillaje ni actores secundarios. Ha sido una experiencia, que repetiremos la semana que viene en otras dos comunidades y de la que es imposible cansarte, porque en todo momento estás viviendo cosas tan diferentes a nuestro día a día, que no haces nada más que repetirte…”Lo que estoy viviendo es real, y tengo que aprovecharlo al máximo”
Se está haciendo de noche y los próximos días tenemos que impartir unos talleres de Marketing publicidad y ventas y de Comunicación Audiovisual y Radios, nos vamos a la cama que entre lo vivido estos tres días y la que se nos viene encima tenemos que reponer fuerzas. En la selva, por las noches no existe el silencio, si cierras los ojos y te concentras en los sonidos, te enganchas a su música. ¡Buenas noches!