En las fotos podréis ver las instalaciones que se han construido para que tengan letrinas y agua corriente. Antes de esta ayuda los niños no solo tenían que hacer sus necesidades en cualquier sitio del recreo sin ningún tipo de higiene (con lo que implica eso de infecciones y enfermedades) si no que además si querían beber agua, tenían que volver a sus casas desde el colegio andando varios kilómetros y después de beber volver. El agua de sus casas tampoco es del grifo. Todo eso con un calor, una humedad y un sol de justicia. En condiciones así no hay quien atienda en clase.
Ahora tienen unas unas letrinas en condiciones que además cuentan con grifo para que puedan lavarse las manos al salir. Una de nuestra labores es concienciarles de que lo hagan y para eso les hemos escrito los mensajes que veis.
Pero a lo que me refiero cuando digo que el dinero invertido llega va más allá de lo material. Mohammed es el agente de Amref en esta región y hace un gran trabajo, nos ha contado como trabajan con las comunidades que están alrededor de las escuelas para que se conciencien y el resultado es increíble. La implicación y la contribución de las comunidades a las que ayudan es máxima.
La primera escuela en la que hemos estado es la de Ndouloumadji 4. Ayer plantamos los árboles y vinieron los niños y adultos, el presidente de la asociación de padres de alumnos, todos colaboraban. Pero es que además ellos hacen una gran contribución para el mantenimiento. Por ejemplo han contratado a una persona para que limpie los baños todos los días.
Hoy hemos regresado para pintar los mensajes y una de las niñas más mayores que tiene las llaves de las clases y los baños ha venido a abrirnos. Le hemos explicado que los árboles que plantamos ayer hay que regarlas o por la mañana o por la noche cuando no haya sol, aunque parece obvio, ellos no los saben. Y poniendo las manos cruzadas sobre el pecho nos volvía a dar las gracias y decía que lo iba a cuidar como lo más preciado.
Se nota que hay una intención de mejorar las cosas entre todos y no de quedarse sentados mientras la ayuda llega, esa es mi impresión en esta experiencia y creo que mis compañeros la comparten .
Y hoy he tenido la segunda lección de África. Aquí era la fiesta del fin del Ramadán y ya sabíamos que la comunidad estaría festejando y no vendrían a ayudarnos. Aún así han venido muchos a saludarnos, con sus vestidos más festivos además.
Hacia las dos de las tarde ha venido una chica con una fuente de comida: pollo cocinado con cebolla y especies, un trozo de pan y tres cucharas. Al principio con un poco de reparo le hemos dicho a Mohammed que no sabíamos si comer por el tema del agua que nos puede sentar mal al no estar acostumbrados. Él nos ha recomendado probar un poquito y ver que tal nos sentaba... Estaba delicioso.
Hemos vuelto al trabajo y entonces ha venido el presidente de la asociación con otra fuente de comida, más grande aún, esta era de cordero con la misma salsa. Esta vez no había cubiertos... y también hemos probado un poco. Él se disculpaba porque no era comida europea, os aseguro que estaba muy rico.
Mientras estábamos alrededor de la fuente hemos hablado de cómo están las cosas en África, en España, el presidente de la asociación nos contaba que había trabajado 30 años en Gabón en plataformas petrolíferas y de pronto me ha parecido un momento mágico, he conseguido sacar la cámara y hacer una foto aunque con miedo de romper el instante.
Y entonces ha venido una señora con otra fuente de comida, y sí ya van tres, también de pollo con cebolla pero acompañado con fideos cocidos. Era su día, su fiesta, no les sobra la comida y sin embargo la comparten con nosotros. Esta solidaridad es muy bonita y no se puede rechazar. Y la lección que me llevo hoy es que por mucho que ayudes... África te da más.
Por cierto, nuestros estómagos están perfectamente y me alegro de haberlo probado.