Conducir es un caos, para empezar por el mal estado de calles y carreteras, después porque no he visto ni una señal de límite de velocidad, ni un stop, ni un ceda el paso, ni una indicación de paso de peatones y si bien el paso de cebra esta pintado alguna vez en la calzada para los conductores aquí no tienen ningún significado. Sí que hay semáforos y rotondas que se rigen por la norma de "tonto el último", lo de ceder el paso al coche que va por tu derecha no se lleva.
Los taxis y los mini buses que van atestados de gente, incluso agarrados por fuera del vehículo se incorporan a la circulación en cualquier momento y sin indicarlo, son los amos. He visto coches con bastante más de cinco pasajeros en el interior.
Tanto en ciudad como al salir a carretera la separación entre carriles contrarios es difusa incluso cuando la línea continua está pintada. No sé cuál será la tasa de accidentes, no tengo el dato, pero en nuestros trayectos he visto más de uno y los coches no están preparados.
Los asientos traseros no suelen tener cinturón de seguridad y me llamó la atención una vez que acercamos en el coche hasta el pueblo a la profesora de una de las escuelas y no sabía ponerse el cinturón.
Nos hemos cruzado el país en coche y he visto como adelantábamos por carreteras bastante estrechas a carros tirados por caballos mientras que de frente y no demasiado lejos veíamos acercarse a otro vehículo.
Lo cierto es que el conductor que nos ha llevado, Djibi, era bastante diestro pero hemos tenido que pegar más de uno y más de dos frenazos para no llevarnos por delante a las cabras, vacas o burros que campan a sus anchas y que cruzan las carreteras o se quedan parados en medio de la calzada. Por no hablar de las carreteras inacabadas que te obligan a seguir campo a través, lo que unido a la lluvia se convierte en un tramo de rally.
El claxon suena por todos lados se utiliza hasta como intermitente para decirle al de delante que le quieres adelantar. Y en la ciudad tú no paras a los taxis te paran ellos a tí pintándote para preguntar si te llevan a a algún sitio.
Y lo estresante si coges un taxi es que tienes que pactar un precio con él taxista y te toca regatear porque en cuanto te ven blanco aprovechan para pedirte hasta más del triple de lo que pedirían a un senegalés. Lo mejor es pedir orientación en el hotel.