¿Te encanta acompañar tu caña con un pincho aunque tengas que pagar por él un par de euros, o eres de los que prefiere la tapa gratis aunque sea de aceitunas?
Cada zona de España tiene sus costumbres a la hora del aperitivo. El norte presume de una mayor variedad y calidad en sus bocados, aunque estos se cobran aparte de la consumición. En el sur es frecuente que la tapa vaya incluida, aunque la elección suele ser más limitada…
Pero lo que seguro no tiene sentido es que el establecimiento infle el precio de la cerveza hasta los 3,8 euros para decirte que te 'regala' el plato de ensaladilla, la minihamburguesa o la tapa de paella. Que sí, que es verdad que "con cuatro cañas has comido", pero no te engañes: para eso te has gastado entre 12 y 15 euros, es decir, algo más que en un menú.
Y lo peor de esos sitios es que a veces vas sin hambre, sin intención de probar bocado, y tienes que pagar la misma cuenta que el que cena. Ocho euros por dos cañas es un precio desorbitado hasta para un pub.
Me viene a la mente una calle de Madrid dividida entre dos tipos de locales: los que te sirven un "aperitivo a elegir" por tu cerveza de 3,80 y los que regalan dos consumiciones con cada ración. Por lo general, los primeros están a tope y en los segundos siempre hay mesas libres. ¿Tiene esto algún sentido?
Si llegas con apetito, la cuenta a pagar va a ser la misma. Si no, en estos últimos puedes tomarte la cerveza y ahorrarte el sablazo de la 'tapa regalo'.
En cualquier caso, puedes estar seguro de que uno y otro van a incluir todo lo "gratis" en el precio final. Si no ganaran dinero con ello, no se llamarían "negocios" ni podrían mantenerse abiertos.