
El pequeño Vito Corleone, el futuro Don de "El Padrino", acaba de llegar en barco a la ciudad de Nueva York. Ha quedado recluido en la isla de Ellis, al sur de Manhattan, por padecer una enfermedad contagiosa. La isla albergó el centro de entrada de inmigrantes en el país entre 1892 y 1954. Aquí, desde la habitación en la que debe pasar la cuarentena, mira a través de la ventana. En la pantalla vemos la escena de "El Padrino II": el rostro del niño y el reflejo en el cristal de la Estatua de la Libertad -(derecha)-. Nueva York, sus calles, sus edificios, van a ser coprotagonistas indispensables de las mejores películas sobre la mafia.
La imagen -(arriba)- que abre este recorrido se convirtió en el cartel de "Érase una vez en América", la película sobre la mafia que Sergio Leone rodó en 1984. El gángster David Aaronson, "Noodles", interpretado por Robert De Niro, rememora su vida desde sus primeras correrías de niño y la época de la prohibición del alcohol. En una escena, la cuadrilla de "Noodles" camina por Brooklyn y pasan por delante del puente de Manhattan. Ese encuadre se convirtió en el icono de la película e incluso de la ciudad: es el cruce de las calles Washington y Water. Tan sólo han desaparecido algunas escaleras de incendios (no todas) de los edificios.
Si Leone rodó gran parte de su película en Brooklyn, Coppola, en "El Padrino", eligió sobre todo escenarios del propio Manhattan. Ese pequeño Corleone que veíamos llegando en barco a la ciudad, crece y se convierte en un delincuente en las calles de Little Italy, el barrio italiano de la zona sur de Manhattan. Difícil encontrar ahora los rastros de la saga de El Padrino en este lugar. Cuando Coppola rodaba en sus calles, a escasos pasos los mafiosos reales tomaban un plato de pasta bolognesa. Ahora menos del cinco por ciento de la población de esta zona es de origen italiano. El colindante Chinatown ha engullido el barrio y apenas queda una calle convertida en zona para turistas y edificios pintados con los colores de la bandera italiana.

Un poco más al norte, en el cruce de la Sexta Avenida (Avenida de las Américas) y la calle 50 sí podemos contemplar el Radio City Music Hall -(arriba)-. En "El Padrino", Michael Corleone (Al Pacino) y su novia Kay (Diane Keaton) salen del local tras ver una película y ella lee en la portada del "Daily Mirror" el intento de asesinato de Vito Corleone, el giro en la película que supondrá convertir a su hijo Michael (el auténtico protagonista de la trilogia) en nuevo padrino de la familia. El Radio City ya no es un cine sino una sala de espectáculos musicales, pero sus neones son parte de la historia de esta ciudad.

Como parte de su historia, y también de su iconografía, son los puentes de Nueva York. Pocos son los directores que se resisten a la tentación de incluir en algún momento de su película algunos de ellos. En 2007 Ridley Scott firmaba una interesante película sobre traficantes de droga y policías corruptos basada, cómo no, en personajes reales. "American gangster", con Denzel Washington y Russell Crove junto a unos soberbios secundarios, está rodada sobre todo en escenarios de Harlem, pero una de sus escenas iniciales, la que marcará después todo el desarrollo del guión, se filmó en Brooklyn. Dos policías vigilan el coche de un cobrador de la mafia en un cruce -(arriba)- de la calle 6 sur. De fondo, el puente de Williamsburg. La zona, peligrosa hasta hace unos años, es fácilmente accesible a pie desde Williamsburg, uno de los barrios de moda hoy en Nueva York.

También en Brooklyn, aunque más al sur, ambientó en 1971 William Friedkin una de las más espectaculares persecuciones del cine, en "The French Connection". El policía que interpreta Gene Hackman persigue en coche por la calle 62, cubierta por las vías del tren, a un matón que escapa en metro. Cerca de allí, en un paisaje con una de las mejores vistas de Manhattan -(derecha)-, situó otra de sus escenas: aquella en la que el mafioso francés al que da vida Fernando Rey observa desde el Brooklyn Heights Promenade los movimientos de su hombre tapadera en los muelles del East River. La zona debe ser visita obligada para cualquier viajero en Nueva York, tanto por las vistas del sur de Manhattan como por el barrio que tiene a sus espaldas con algunas de las casas más antiguas de la ciudad. Son las llamadas "fruits streets": muchas calles tienen nombre de fruta.
Y si, como decíamos al principio, Nueva York es una ciudad de múltiples nacionalidades, también hay hampones de todos los orígenes: italianos, franceses, rusos, judíos... y puertorriqueños. Entre éstos destaca en el cine Carlito Brigante, el desesperado Al Pacino de "Atrapado por su pasado", desesperado por dejar atrás un pasado criminal que le persigue hasta un final trágico.

Brian de Palma rodó la película en 1994 en escenarios de toda la ciudad, pero dejó la parte más romántica para el bohemio, encantador y tranquilo Greenwich Village. Aquí, en el 17 de Gay Street, vive Gail, la antigua novia que Brigante quiere recuperar, la bailarina antítesis del entorno mafioso del que no consigue escapar el protagonista. La calle -(arriba)- es una de las más visitadas del Village, el barrio en el que Nueva York se convierte en pueblo. Es conocida por estar en curva y por situarse en la zona con mayor presencia homosexual de la ciudad, aunque el nombre parece ser sólo una coincidencia.

Francis Ford Coppola, Sergio Leone, Martin Scorsese, Brian de Palma, Ridley Scott... Se diría que ningún gran director se ha resistido a hacer una película sobre la mafia. Recorrer las localizaciones que sirvieron de escenario a tantas películas es como abrir los ojos a aquellos lugares que también llamaron la atención de los grandes del celuloide. Un 15 de marzo de 1972 se estrenó "El Padrino". 40 años después, la casa de Staten Island (en el 110 de Longfellow Road) que sirvió para rodar los exteriores de la mansión de Don Vito Corleone está en venta. Piden 2,2 millones de euros por ella. Quizá alguien se acerque y les haga una oferta que no puedan rechazar.
DATOS PRÁCTICOS: El libro "El Nueva York del Padrino y otras películas de la mafia" (Editorial Lunwerg, 19,95 euros) acaba de ponerse a la venta. Escrito por María Adell y Pau Llavador (autores también de "El Nueva York de las películas de Woody Allen", 2010), recoge 70 localizaciones de 18 películas y dos series de televisión, "Los Soprano" y "Boardwalk Empire", siempre con argumentos sobre mafiosos. Aunque no está de más recordar que en toda la película de "El Padrino" nunca llega a mencionarse la palabra "mafia".